En este post vamos a hacer un breve recorrido sobre algunas sencillas técnicas de pinturas que os darán unos resultados sorprendentes y creativos en vez del típico color liso al que estamos acostumbrados.
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Existen numerosas técnicas que puedes utilizar para pintar tus paredes o muebles y darles ese nuevo aire que necesitan cada cierto tiempo. De hecho, cualquiera de las siguientes alternativas puede ser la indicada para conseguir renovar a fondo una habitación. Toma buena nota de estos sistemas originales de pintura que, a buen seguro, conseguirán sorprender tanto a tu familia como a las visitas.
Tabla de contenido
Salpicar una pared
Se trata de una técnica muy sencilla. Tan sólo debes mojar bien un pincel en la pintura y golpear sobre otro que esté seco hacia la pared que quieres dejar salpicada. El resultado es parecido si pasas un peine por la brocha bastante empapada de pintura.
Técnica del punteado
Este método consiste en aplicar un color base y, sobre éste, con la ayuda de un cepillo de puntear, otro que contraste o de otro tono. Es importante que escurras muy bien el cepillo de puntear.
El esponjado
Esta técnica es ideal para superficies grandes, ya que crea efecto de luz y de sombras. Tan sólo es necesario utilizar una pintura que permanezca húmeda el tiempo suficiente para trabajar sobre ella.
Se aplica con brochazos desiguales y esponja, y humedecida, se extiende con ligeros golpecitos. Otra posibilidad es extender un color uniforme sobre la pared y, una vez seco, aplicar un segundo tono, de forma irregular, con la esponja.
Vetear la puerta
Se trata de un sistema que pretende imitar las vetas que tiene un determinado tipo de madera. Tienes que hacer lo siguiente:
1. Aplica una primera mano de un color (acrílico o sintético).
2. Déjalo secar y aplica un segundo color.
3. Antes de que el segundo color se seque, pasa una rasqueta dentada o una brocha de vetear.
Técnica del craquelado o cuarteado
Cuartear la pintura se consigue utilizando dos pinturas o barnices con diferente disolvente (agua y aguarrás), es decir, una acrílica y otra grasa. La técnica es muy sencilla: se aplica el color base y uno de los barnices, cuando esté seco el otro. Poco a poco se irá cuarteando la pintura. Si quieres resaltar las grietas, puedes pasar un trapo con un poco de óleo color tierra.
Puertas envejecidas
Este sistema pretende aparentar que una puerta, por ejemplo, ha sido maltratada por el tiempo. Para obtener el efecto envejecido tienes que frotar con un trapo o estropajo sobre la última capa de pintura seca o a medio secar que hayas aplicado. Así saldrá la primera capa de pintura, de otro color. Puedes utilizar pintura acrílica, óleo, esmalte, etc.
Marmoleado
Se trata de una de las técnicas más difíciles. Consiste en pintar una superficie de un color liso, a continuación pasar suavemente un trapo para que la pintura no quede uniforme, y encima, con un pincel fino, dibujar líneas irregulares que se asemejen a las vetas del mármol. Estas líneas hay que difuminarlas con una brocha llamada difumino o con una pluma de ave.
Técnica del trapeado
Es muy parecida al esponjado, aunque en este caso se utiliza un trapo en vez de una esponja. Debes aplicar una segunda capa de pintura con el trapo sobre la base ya seca o utilizar la brocha para dar la segunda capa y, a continuación, ir retirándola con el trapo. Lava el trapo a menudo para eliminar el exceso de producto.