Igual que ocurre en la moda, las tendencias de decoración varían con los cambios de estación… pero hay colores básicos. Uno de ellos es el blanco, que también se convierte en un ‘comodín’ en tu hogar, perfecto para cualquier combinación que además ilumina estancias completas.
Quién pensara que con el final del verano terminaban los tonos claros y los espacios llenos de luz,… se equivocaba.
Cuando el color camel capuchino y los tonos crema, los amarillos suaves, los rojos con tonalidad naranja, y los colores oscuros de invierno son la norma, las tendencias de decoración para el otoño pintan nuestro hogar de color crema y le inyectan una dosis de luz y claridad que iluminarán incluso los días más grises como los que vamos teniendo.
La clave está en la neutralidad de los tonos, el beige, el marfil, el blanco roto, el blanco arena, el crema elegante, discreto y atemporal, perfecto para perdurar en la decoración de tu casa desde el salón al dormitorio.
Estos tonos no han de olvidarse tampoco en las cocinas, baños o espacios comunes como el pasillo.
Una característica del blanco es que inspira tranquilidad, descanso, relax, sentimientos positivos,…, da sensación de amplitud y es capaz de iluminar por sí solo una estancia completa. Es perfecto para estancias con poca luz natural, o habitaciones pequeñas, donde se necesita tener sensación de mayor espacio. Por eso es uno de los mejores aliados en la decoración de tu hogar.
También permite por su limpieza, colorear estancias como aseos o cocinas.
Un consejo, si elegimos el blanco este deberá estar impoluto.
En grandes espacios, como salones, se puede modificar con algún toque de color que rompa la monotonía sin saturar la decoración de la habitación.
Una de las ventajas que ofrece este ‘blanco ligeramente tintado’ es que es un tono comodín que te permite reutilizar detalles de tu anterior decoración, pues combina con todo.