Cómo limpiar brochas y pinceles

En esta época del año, de cambios variantes, no dedicamos tanto tiempo a pintar nuestras casas, pero…

¿Qué te parece si os enseñamos pequeños trucos/consejos para guardar el material de pintura para que la próxima vez que lo necesites, esté en perfectas condiciones?

El primer paso que debemos dar es consultar en la etiqueta de información del producto de bricolaje que requieren una brocha.

Nos fijaremos en las indicaciones que incluyen para saber con qué debemos limpiarla.

¿Y si no te aclaras? No te preocupes, son fáciles de diferenciar: para las pinturas y colas blancas, es suficiente lavarlas con agua y jabón. Sin embargo, si has utilizado pigmentos y esmaltes sintéticos, necesitarás aguarrás para eliminar los restos.

Sencillo, ¿verdad?

Brochas2, Blog de la tienda de pinturas UNI-HER

Cada una de estas tareas merece una limpieza de la brocha con un disolvente distinto, adecuado al producto que hemos usado. No es lo mismo haber pintado que haber encolado .

Consejos de limpieza de brochas y pinceles

Según el tipo de pintura tendrás que aplicar diferentes métodos/productos

Sea cual sea el producto que utilicemos, siempre debemos acabar de limpiar nuestras brochas con agua caliente y jabón neutro.  Los pelos de la brocha se mantendrán flexibles si la dejamos secar sin aclarar el jabón.

Cuando trabajas con pinturas al agua  el proceso de limpieza es muy sencillo. Simplemente debes lavar tus pinceles con agua y jabón neutro hasta eliminar toda la pintura, tal y como hemos dicho.

Si es pintura sintética y al aceite, es esencial que al acabar retires el exceso de pintura con un trapo. Muévelo desde el mango de la brocha hacia la punta del pelo.

Después, lava tus pinceles o brochas con disolvente o aguarrás para retirar los restos de pintura. Para finalizar, termina la limpieza con un poco de agua y jabón y aclara con agua limpia.

Si usas pintura acrílica (látex), la acetona puede ser empleada para rescatar una brocha seca y dura. Simplemente empápala en acetona unos minutos, y luego procede a lavarla con jabón. Habrá que repetir esta operación hasta que las cerdas estén suaves y limpias.

El agua caliente puede ayudar para enderezar los filamentos de nylon/poly de los pinceles. Mantenlos doblados o enderézalos bajo el agua caliente. El cambio se notará al momento, luego abriremos el agua fría para fijar la nueva posición.

Esto no es aplicable a pinceles con cerdas chinas.

Debemos evitar que la pintura comience a secarse en el pincel o en la brocha. Con el paso del tiempo, te resultará imposible despegarla del pelo.

Si estás pintando y necesitas parar un rato, no es necesario que limpies las brochas y los rodillos. La pintura se mantendrá fresca si guardas la brocha dentro de una bolsa de plástico hermética. Dejar las brochas o pinceles en solvente continuamente, puede acortar su vida útil.

No dejes un pincel o brocha reposando sobre sus cerdas o en agua en posición vertical. Mejor envuelve una toalla de papel alrededor de las cerdas, dobla la punta bajo, y déjalo descansar horizontalmente, hasta que se seque. Dale forma al pelo del pincel o brocha.

Cuando una brocha está seca, es fácil que las cerdas se abran hacia afuera. Podemos evitarlo enrollando un par de gomas a su alrededor.

Guárdalos con cuidado.

Cuelga las brochas, para evitar que se aplasten las cerdas

Las brochas suelen llevar en el extremo del mango un pequeño orificio. Este sirve para que, en vez de guardarlas apoyadas sobre las cerdas, las colguemos. Si esto lo hacemos después de limpiarla con el producto idóneo, la brocha siempre quedará como nueva para la próxima vez que queramos pintar con ella.

Pero, y si la última vez guardaste la brocha sucia…

¿Piensas que no tiene solución y que hay que tirarla?. Pues, aunque las cerdas se hayan quedado duras, en tres pasos sencillos se  puede recuperar la brocha y  volver a utilizarla:

Sumérgela en disolvente durante varias horas. Para eliminarlo, frótala sobre un papel.  Si el disolvente no ha solucionado el problema, prueba con el decapante, sumérgela durante unos minutos, y frótala con un cepillo de raíces.

Cuando las cerdas se hayan ablandado, elimina los restos de pintura. Esto se hace sujetando la brocha con ambas manos, y girando hacia uno y otro lado.

Espero que te haya sido interesante este post … ¿has visto que sencillo es?

Nos vemos en el próximo 😉

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